Raquel Pérez Giraldez
Raquel Pérez Giraldez o el universo de las formas.
A modo de breviario de su obra, sirva esta exposición para acercarnos al fantástico universo de Pérez Giráldez, a sus composiciones que se suceden como piezas de un gabinete de objetos singulares: geometrías, animales fantásticos, flores, casas encantadas. Su pintura nos permite ver mundos que nunca han existido, pero que no por eso dejan de ser reales y verdaderos para el intelecto y la sensibilidad. El mundo representado por su pintura es otro mundo posible, desvelado tras la puerta que Raquel nos abre. Sus composiciones incluyen al espectador que se siente fascinado ante su universo, imaginando como sus pinceles recrean los colores de su Galicia natal o como surgieron esas formas que tienen ya entidad propia.
Empeñada en buscar la belleza, Raquel Pérez Giráldez la encierra en sus arabescas geometrías que incluyen animales a gran escala. Cartografía su anatomía con la precisión de una ecuación matemática. Nos acerca a la vida de estos animales transformándola en bellas metáforas de luz y vibrante color gracias al uso de los acrílicos. Junto a sus geometrías, sus flores son un compendio de pétalos, un florilegio que trasciende su momento, absolutamente modernas como su insuperable uso de la acuarela sobre el papel mientras nos cuenta todo lo que necesitamos saber sobre la vida. Como Matisse, Raquel Pérez Giráldez nos muestra en sus flores un arte del equilibrio, de la pureza, de la serenidad. Ya dijo en 1902 Mackintosh que “El arte es la flor. La vida es la hoja verde” y así lo expresan las sutiles acuarelas de Raquel. Devota de las formas, transitando de lo figurativo a lo abstracto en ocasiones, las composiciones de animales fantásticos le ofrecen a la artista la excusa perfecta para buscar estructuras plásticas cargadas de fantasía que hagan soñar al espectador, como esas casas situadas a menudo junto a bosques y jardines. En ellas nunca faltan referencias al mundo vegetal y onírico, casi como una prolongación envolvente de la personalidad de su creadora.
Y así, con la aparente sencillez de sus composiciones que esconden un laborioso proceso creativo, Raquel Pérez Giráldez nos ofrece un universo lleno de misterio y sentido, con la absoluta seguridad del que sabe que su obra seducirá al espectador. Sus inagotables fantasías nos atrapan haciéndonos habitantes de su maravilloso mundo mientras nos esforzamos en resolver sus enigmas. El resultado final no puede ser más mágico. Después de ver sus creaciones, el espectador fantasea brevemente con la idea de que se lleva un fragmento de la belleza del universo de Pérez Giráldez.
Montserrat González García
Historiadora del Arte